Un recurso muy útil rápido y sencillo para tratar la ansiedad son los ejercicios respiratorios. Y además ¡puedes medir su efectividad!. ¿Cómo hacerlo?

Primero: Evalúa con un médico si tus alteraciones en el ritmo cardiaco tienen un origen orgánico o se deben a ataques de ansiedad.

Segundo: Si tu caso es el segundo señalado en el punto anterior, baja una aplicación (son gratis, yo baje uno que se llama pulsómetro plus), a tu celular, que mida tu ritmo cardíaco. Cuando te sientes con ansiedad checa tu ritmo cardíaco, si está alterado haz un ejercicio de respiración y vuelve a checar tu ritmo cardíaco para verificar que tu estado haya mejorado.

Tercero: El ejercicio. La respiración tiene cuatro momentos: Inhalación, cambio, Exhalación y cambio. Hay muchísimas y excelentes formas de respirar (geometría de la respiración: triangular, cuadrada, rectangular, etc.) pero aquí me quiero referir solo a un tipo de respiración: la centrada en la EXHALACIÓN SUAVE, esa es la única instrucción, exhalar suavemente hasta que saques tu último aliento. Deja libre tu inhalación, hazlo tanto como sea tu necesidad, sin forzar.

Variante : Thich Nath Hanh, introductor del Mindfulness en occidente nos sugiere contar mientras hacemos este ejercicio, de la siguiente manera: “Uno (inhalas), dos (exhalas)….)” y asi sucesivamente hasta contar diez. Si no recuerdas que número sigue empiezas nuevamente de uno.

Estas técnicas son efectivas porque el problema está en tu mente, en tu soft ware. Si no te funciona es posible que tus niveles de ansiedad han escalado tanto que necesitas ayuda externa: psicoterapia y/o psiquiatría. Recuerda lo primero es reconocer que tienes un problema, reconocer cuando no puedes sólo y tener el valor de pedir y aceptar ayuda. Que tengas buen día.

Dr. Juan Gómez Alfaro.